El largo viaje del tofu

El largo viaje del tofu

Ya sea natural o refinado, hecho en casa o como producto preparado, el tofu se ha convertido en la comidilla de la ciudad. Pero, ¿dónde se origina?

Aunque el producto de la soja lleva pocos años en auge aquí, en China y Japón ya se puede mirar hacia atrás con una tradición de 2.000 años. En los países asiáticos, siempre se ha valorado como fuente de proteínas y ha sido durante mucho tiempo una parte indispensable de la dieta. Sin embargo, también se ha establecido en países fuera de Asia y es cada vez más popular, no sólo entre veganos y vegetarianos.

La razón: su versatilidad. Frito, a la parrilla, como Rührei vegano, boloñesa vegana o hamburguesa – el tofu tiene muchas facetas y es cualquier cosa menos insípido, sobre todo si lo haces tú mismo. Puede dar rienda suelta a su imaginación y a sus papilas gustativas y añadir hierbas y especias a su gusto, dando así un toque personal al tofu.

Saludable o insalubre – ¿qué es realmente cierto?

Cuando se trata de la cuestión de si el tofu es saludable o no, las opiniones difieren mucho. Los veganos y los vegetarianos aprecian el producto de soja por su contenido en proteínas y serían reacios a renunciar a él. Los críticos y los omnívoros acérrimos no están de acuerdo y sostienen que la soja no es saludable.

Si se observa con detenimiento el producto de la soja, se verá que sí aporta valiosos nutrientes. Entre otras cosas, aporta al organismo hierro, ácido fólico, magnesio, vitaminas del grupo B, vitamina E y fósforo. Pero el tofu también aporta isoflavonas. Un nutriente por el que es criticado por los opositores a la soja. Las isoflavonas, también conocidas como fitoestrógenos, tienen una similitud estructural con el estrógeno humano. En determinadas circunstancias, es posible que esta sustancia vegetal secundaria se una a los propios receptores del organismo y altere el equilibrio hormonal. Esto puede ser crítico en el caso de enfermedades tiroideas existentes. En personas sin problemas de tiroides, sin embargo, no se conocen efectos negativos.

 En definitiva, el tofu tiene más propiedades positivas que negativas. Sin embargo, como ocurre con muchos alimentos, la regla es: ¡consumir con moderación, no en masa!

Si te ciñes a esta regla básica, que se aplica a todas las dietas posibles, el tofu, ya sea casero o del supermercado, puede contribuir definitivamente a una dieta sana y equilibrada.