Cuando no puedes respirar: Neumonía

Cuando no puedes respirar: Neumonía

La inflamación pulmonar suele llegar más rápido de lo que debería y golpea de lleno. Pero, ¿cuáles son las características típicas de la neumonía y cómo se puede prevenir? Puedes saber más sobre esta molesta enfermedad respiratoria aquí.

La inflamación pulmonar, también conocida como neumonía, es una enfermedad respiratoria que suele estar causada por bacterias. Provoca la inflamación de los pulmones y del tejido que los rodea. Como resultado, el intercambio de gases vitales puede verse afectado y el cuerpo no puede recibir suficiente oxígeno. En la mayoría de los casos, está causada por neumococos, pero menos frecuentemente por virus, parásitos u hongos. Además, los estímulos como los gases o la radiación, las sustancias extrañas en las vías respiratorias y ciertos trastornos funcionales también pueden provocar neumonía.

La neumonía no debe subestimarse en absoluto. Cada año, más de 500.000 personas sufren esta enfermedad. Aproximadamente la mitad de los afectados tienen que ir al hospital y más de 20.000 personas mueren a causa de esta enfermedad respiratoria. Esto la sitúa incluso en el Top 10 de causas de muerte más frecuentes en Alemania, en parte porque a menudo se diagnostica demasiado tarde.



Los síntomas de la neumonía Al principio, la neumonía suele caracterizarse por los signos de un resfriado típico, como el dolor de cabeza o el catarro. Sin embargo, si se acelera, también pueden aparecer los siguientes síntomas:

  • Fiebre alta
  • Dolor de pecho
  • Tos con esputo purulento o sanguinolento
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  • Temblores
  • Sin aliento y con respiración silbante
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  • Pulso rápido

  • Los síntomas varían en función del tipo de infección y de la propia persona. Los niños pequeños y las personas mayores no siempre muestran todos los síntomas típicos. Pueden aparecer otras molestias, como la diarrea. Los médicos también distinguen entre la neumonía, que se produce en la vida cotidiana, y las llamadas infecciones atípicas. Estos últimos suelen ser causados en el hospital por diferentes gérmenes. En este caso, la neumonía puede sumarse a las enfermedades ya existentes y dificultar mucho más el tratamiento. Mientras que una infección normal por neumococos puede tratarse bien con antibióticos, la variante atípica se trata de forma diferente. Debido a la variedad de los diferentes patógenos, los síntomas generalmente sólo pueden ser aliviados.


    Cuándo es el momento de visitar al médico

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    Si la neumonía se agrava, el resultado puede ser a menudo la falta de oxígeno.Porque las burbujas pulmonares, responsables del importante intercambio de gases en el cuerpo, ya no funcionan como deberían. La sangre no recibe suficiente oxígeno del aire. Al mismo tiempo, se dificulta la eliminación del dióxido de carbono de la sangre. En tal caso, es el momento de recibir un tratamiento médico, en el que se suele extraer sangre, se examinan los pulmones y se hace una radiografía del importante proveedor de oxígeno.

    Nuestro consejo: Si no está seguro de si necesita ayuda médica o no, simplemente utilice un cronómetro, un tensiómetro o un moderno smartwatch. Si tiene más de 30 respiraciones por minuto y su presión arterial ha bajado considerablemente, puede ser grave y peligroso.


    Duración de la neumonía

    Con un diagnóstico rápido, suficiente reposo en cama y abundante líquido la neumonía puede remitir tras sólo una o dos semanas. La situación es diferente si se reconoce demasiado tarde o si se trata de la variante atípica. En este caso, la neumonía puede prolongarse durante varias semanas y provocar secuelas amenazantes como la meningitis o la intoxicación sanguínea.


    La prevención adecuada

    Las infecciones pulmonares pueden ser contagiosas y suelen transmitirse al estornudar, toser o hablar. La aparición o no de la enfermedad depende del propio sistema inmunitario. Con un sistema inmunológico sano, los patógenos ya pueden ser derrotados en la zona de la boca y la garganta y se puede prevenir el brote de neumonía.

    Por lo tanto:
     Ejercita tu sistema inmunológico con regularidad, haz suficiente deporte, respira mucho aire fresco y lleva una dieta saludable rica en vitaminas.


    La vacunación puede ayudar

    Otra forma de protegerse de la neumonía es vacunarse. Se pueden mantener a raya más de 20 tipos diferentes de neumococo y reducir el riesgo de infección hasta en un 90%. La vacunación se recomienda especialmente a las personas con sistemas inmunitarios débiles o con enfermedades preexistentes.